Con singular acierto el Cabildo Metropolitano acordó celebrar cada año, con ocasión de las fiestas aniversarias de la ciudad, una sesión solemne para rendir homenaje a nuestro pasado indígena y a la heroica resistencia de los pueblos aborígenes quiteños, en su frustrado y valeroso afán por preservar su independencia y libertad, frente al incontenible avance del osado conquistador español.
Un acierto porque los pueblos necesitan
reconocerse en sus más hondas raíces, para encontrar en ellas la razón de su
identidad, elemento esencial que permite aglutinar las voluntades particulares
en un propósito común, sustentador del desarrollo de sus potencialidades
y les permite enfrentar los retos de su proceso histórico, con opciones de
alcanzar los objetivos universales de bienestar, seguridad y libertad.
Desde 2003, el Consejo Metropolitano de Quito
premia los trabajos de creadores, investigadores e intelectuales. La entrega ocurre
cada 1 de diciembre, día en el que se recuerda la “interculturalidad”.
El Día de la Interculturalidad se instituyó luego
de un complejo debate sobre el hecho que en la segunda mitad del siglo XX se
instituyó como única la fundación hispánica de Quito, aunque la verdad es que
el 6 de diciembre se instituyó el Cabildo Español ya que la ciudad fue fundada
dos veces antes por Diego de Almagro en la zona de Colta.
Tras largos debates, el Concejo instituyó el 1 de
diciembre como el Día de la Interculturalidad que valora esa historia
prehispánica de la ciudad con Rumiñahui como líder de la resistencia quiteña,
porque la verdad es que en esta zona ya existía un señorío con influencias
Shyris, Quitu Caras y más tarde incaicas.
Que festejamos?... La conquista española o la
resistencia indígena y esto se resuelve con el Quito que se ha construido,
porque contamos con una urbe en franco proceso de crecimiento, que tiene una
historia milenaria que se inscribe en lo arquitectónico, en la gastronomía, en
la cultura monumental e intangible pero también en las propias creaciones de
las ciencias, la literatura o el arte, pero, por sobre todo, en la conservación
de nuestra integridad e identidad.
El aniversario de la fundación española de
nuestra Quito Milenaria constituye la ocasión oportuna para que revisemos
juntos los aspectos más destacados de la situación de la ciudad, para que las
autoridades municipales rindamos cuentas de la manera como hemos ejercido el
mandato entregado por el pueblo en las urnas, y para que expresemos nuestros
compromisos de trabajo en el año por venir, en el proceso siempre difícil pero
irrenunciable de construir el destino de prosperidad y grandeza que los
quiteños y quiteñas nos merecemos.
Debe ser ocasión para ratificar ante la ciudad y
el país, los compromisos asumidos y para tomar fuerzas, a fin de continuar la
tarea de continuar con los esfuerzos hacia el logro de los objetivos de
productividad y competitividad, de justicia social, inclusión, solidaridad.