Nuestra
ciudad y todo el país ha sufrido las consecuencias de la actuación de la
naturaleza. El 16 de abril, todos vivimos uno de los peores terremotos de la
historia del país, que dejó miles de familias damnificadas, casas destruidas, y
mucho dolor de personas que perdieron a sus familiares.
Con
este terremoto tuvimos la oportunidad de ver las nobles muestras de solidaridad
de muchos: vecinos que ayudaron a sus cercanos, autoridades que continúan
trabajando sin descanso y muchas personas que se han dedicado en cuerpo y alma
a ayudar desinteresadamente, quienes han trabajado sin descanso para ayudar a
los más desvalidos.
Nuestros
hermanos de las provincias de Esmeraldas y Manabí siguen viviendo las consecuencias
del terrible terremoto que azotó esas tierras.
Miles
de casas destruidas e imágenes de dolor y desesperación son las que hemos visto
una y otra vez en los medios de comunicación.
A
pesar de la difícil situación que todos hemos vivido, es hora de poner manos a
la obra y seguir avanzando.
No
podemos esperar que las soluciones lleguen por sí solas, debemos ser activos e
ingeniosos, crear y buscar formas de reparar lo dañado. Sólo con acción
lograremos la reconstrucción.
Nadie
ha dicho que será fácil, y sin duda necesitaremos del esfuerzo de todos los ecuatorianos
para hacer posible nuestros objetivos. Sólo con el trabajo y aporte de cada uno
podremos salir adelante.
En
Quito podemos decir que nuestra gente es extraordinariamente solidaria: con el trabajo
mancomunado de los funcionarios municipales, servicios comunales y comunidad, comenzamos
la recolección y hemos apoyado con alimentos y otros víveres una y otra vez a
los más afectados.
Debemos
aplaudir de pie a los al Cuerpo de bomberos de Quito, Policía Nacional y
Metropolitana y a los cientos de voluntarios que han dedicado estos últimos días
a levantar la zona de desastre.
Ellos
son los héroes anónimos y merecen un especial agradecimiento de todos nuestros ciudadanos/as.
Conmovidos por la tragedia
ocurrida días atrás en el Ecuador, donde cientos de personas perdieron sus
vidas, otros miles de desaparecidos, centenares
de viviendas destruidas, junto a una brigada de profesionales
voluntarios en diferentes áreas; médicos, arquitectos, psicólogos, ingenieros
entre otros realizamos la primera visita de reconocimiento en la zona afectada
por el terremoto; Bahía de Caráquez, Canoa, Jama y Pedernales; pudimos
evidenciar muchas necesidades, pero dispusimos focalizar nuestra atención en
consolidar el trabajo de reconstrucción. Para esto propondremos al Gobierno de
la Provincia de Manabí trabajar en conjunto en un proceso de capacitación a
técnicos de los gobiernos locales, y al sector de la academia; con el objeto de
transferir conocimientos desde el Consejo Metropolitano de Quito en mi calidad
de Concejal.
Transcurridos
ya varios días desde el desastre vivido en las provincias hermanas, es
importante como autoridad plantearnos correcciones en los aspectos relacionados
con la planificación territorial, la reglamentación de usos del suelo, seguros,
preparativos para la atención de emergencias y educación; como medidas de prevención y mitigación, que
incorporadas en los planes de desarrollo, deben estar dirigidas a disminuir la
vulnerabilidad física, funcional y social.
En
consecuencia, sólo mediante la incorporación en los procesos de desarrollo de
actividades integradas para prevenir o mitigar los efectos de los desastres, es
posible reducir el riesgo que los mismos ofrecen para las personas los bienes y
servicios.
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